Un mar de fueguitos...

"Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende."

Eduardo Galeano
( El mundo , de "El libro de los abrazos")

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lunes, 24 de agosto de 2009

GESSLER...Dep. San Geronimo

Gessler es un antiguo pueblo del Departamento San Gerónimo, distante 67 km. de la ciudad de Santa Fe. Fue fundado en 1872 y lleva el nombre de su fundador: Dn. Rodolfo Gessler. En la actualidad, esta localidad cuenta con apenas un millar de habitantes incorporando al desaparecido distrito Oroño. (Post)

Gessler tuvo por más de 70 años un servicio ferroviario que perteneció al ramal Empalme San Carlos – Galvez del recordado ferrocarril G.ral Belgrano que había sido librado al servicio público en el año 1887.

Para llegar a este pueblo, se debe marchar por la RN 19 hasta el acceso de la RP 6 que va hacia los tres San Carlos para después girar hacia mano izquierda. También se puede llegar tomando la RN 11 hasta la ciudad de Coronda, y desde allí, por la RP 64, hasta las ruinas de pueblo Oroño para girar hacia la derecha. Este recorrido es de tierra.

Gessler es un pueblo pequeño de un claro estilo europeo. Una traza urbana muy bien ordenada con sus principales edificaciones emplazadas en torno a su plaza central. Importante forestación y una muy cuidada iluminación pública (en cuanto al estilo).

Funcionan en esta localidad las siguientes instituciones: educativas: Escuela Juan Bautista Alberdi Nº 304; Escuela “Las Higueritas” Nº 265; Escuela de Educación Técnica Nº 2044 “Santa Ana”. Sociales: Centro de Jubilados y Pensionados. Religiosas: Parroquia Santa Ana. Deportivas: Club Deportivo Gessler.


GALERIA DE FOTOS



La plaza central vista de dos ángulos

calle centrica

Frente de la iglesia vista desde la Plaza Central


Otra vista de la iglesia del pueblo

Otra calle



Dos edificaciones antiguas en muy buen estado de conservación


ZONA RURAL

Casa antigua en la zona rural perteneciente al desaparecido distrito Oroño, desde hace varios años incorporado de Gessler


ALGUNAS FOTOS PERTENECIENTES AL DESAPARECIDO PUEBLO "OROÑO" NO EDITADAS EN SU OPORTUNIDAD


Busto del G.ral San Martin en el patio de lo que fue la escuelita de Oroño


Camino desde Oroño hacia Gessler


Cuatro bocas. Punto central de lo que fue pueblo Oroño. hacia la derecha: Norte; hacia el horizonte: Oeste. Además, es el punto más alto del lugar desde donde se puede observar toda la llanura.


Restos del edificio de la ex estación ferroviaria


Columna de ladrillos que marcaba el borde del anden de la estación. Hacia la izquierda estaba la vía principal.

Pared del frente de la estación, miraba hacia el centro del pueblo. En la esquina oeste se observa un algibe


Pequeño pontón de madera. Entrada a la casa de doña beba, la ultima habitante.


Lorito de doña Beba


UNA HISTORIA LLENA DE NOSTALGIA

Este museo encierra una historia llena de nostalgia. Dn. Wilfredo Tántera que había nacido en Gessler, muy joven se trasladó a Buenos Aires. En ésta ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes “Manuel Belgrano” y “Pridiliano Pueyredon”. Ya graduado, fue “Apóstoles”, en la provincia de Misiones, el lugar elegido por Don Wilfredo para proyectar los conocimientos adquiridos.
Realizó 1.600 obras entre pinturas y esculturas, y más de un centenar fueron expuestas en varios países de Latinoamérica, además de los países Europeos que poseen obras suyas.

Después de una grave enfermedad, Don Wilfredo falleció en su pueblo natal el 25 de junio de 2001 a los 61 años de edad. Oreste Tántera, uno de sus hermanos, recibió como herencia 400 obras que decidió exponer en un bellísimo museo habilitado, que es visitado por las personas que pasan por Gessler.

Wilfredo Ramón Tántera, fundador y arquitecto de la Sala Margereth, orgullo del pueblo de Gessler, arquitecto y artesano de la vida que pintó y proyectó a través de los tiempos, culminaba una nota el diario “El Litoral” de Santa Fe, en un homenaje al artista.

sábado, 15 de agosto de 2009

CABAL...Dep. La Capital

Recorriendo 60 km. rumbo Norte llegamos a la ex Estación Cabal, mientras que la zona urbana propiamente dicha, se conecta a la RN11 por medio de un acceso de tierra ripiado de 2 km. hacia el Oeste.

En el trayecto de este camino podemos observar dos componentes de la historia de Cabal. Un edificio que perteneciera a la cremería y una Cruz de madera de más de metro y medio de altura. Lo primero, documento contundente de un lugar de producción láctea por excelencia hoy inexistente; y lo segundo, símbolo del paso de lo misioneros en su misión evangelizadora en los años fundacionales.
Dn. Elio Reinares, vecino de Llambi Campbell, en su libro de colonia “Botto”, -pagina 24- hace mención de una Cruz similar emplazada en ésta desde 1895, lo que hace presagiar que la Cruz de Cabal también data de esa fecha.

Llegados al casco urbano, nos encontramos que la traza del pueblo está compuesta por una gran plaza central atravesada por dos calles en cruz que la divide en cuatro grandes cuadrados. (Cuatro manzanas) Una parte de estos cuadrados, el ubicado al Noroeste, ha sido ocupada para la construcción de viviendas particulares. El resto está prolijamente forestado con plantas de pinos aún jóvenes.

En torno a la plaza se erige el pueblo. Son solo dos cuadras por cada lado. En las dos cuadras ubicadas al Este, se emplaza la Escuela Radial Nº 311, la Capilla Santa Rosa de Lima y las instalaciones del Club Social y Recreativo Peñarol; al Norte, el edificio de la comuna; Al Oeste, una antigua casa de almacén de ramos generales que perteneciera a Dn. Roque Parisi y Sra., restos de lo que fue una pista de baile, ruinas de un molino harinero y el casco de la estancia “La Grande Cué” de Dn. Mariano Cabal; al sur solo hay tres casitas muy antiguas.
Y esto es la localidad de Cabal.

La zona rural completa un distrito de 72 kilómetros cuadrados con 190 habitantes.


En un lugar de la zona rural se emplaza el establecimiento de Marta Riboldi, nativa de Cabal y Oscar Cemino, oriundo de Colonia La Blanca. Es un lugar que intranquiliza por el silencio, por lo menos a quienes estamos acostumbrados al ruido de la ciudad; pero donde, sin dudas, se goza del aire puro y de la mejor música que es la que baja sin cesar de las ramas de los árboles.
Hasta allí llegamos, y entre mates amargos y chorizo casero, registramos la siguiente conversación.

Marta y Oscar

- Mis padres eran de familias numerosas, dice Marta. Por parte materna eran diez mujeres y cinco varones y por parte materna diez varones y cinco mujeres. Pero a estos últimos quince niños se le agregaron siete más debido a la muerte de una cuñada de mi abuela de los cuales se hizo cargo, por lo cual crió a 22 chicos.

- ¿Y cómo hacía para criar los 22 chicos?
- Según contaba mi papá la comida mayoritariamente era polenta. A la noche lavaba a cada uno y les daba una bolsa de arpillera, que hacía de colchón, y los acostaba a dormir alrededor de la pared de la cocina. Cuando terminaba los trabajos de limpieza, los acostaba en la cama.



Las dos caras de la medalla obsequiada por el Presidente Victorino De La Plaza en 1915 en el baustismo del padre de Marta.

- Usted conserva una medalla obsequiada por el Presidente Victorino De La Plaza. ¿Nos puede contar esa historia?
- Sí, mi padre era séptimo hijo varón. Se decía por aquel entonces que los séptimos hijos varones sin intermediar mujeres se convertía en Lobisón. Para exorcizarlo se lo distinguía con ser ahijado del Presidente de la Nación. Mi padre había nacido en 1915 cuando el presidente era Victorino De La Plaza quién envió a dos personeros como padrinos. El regalo de bautismo fue esta medalla que conservo por ser hija única.

Cocina antigua a leña en funciones.

Esfera de piedra encontrada en el campo. Se dice pertenecer a una boleadora indígena

- ¿Recuerda cómo era un día suyo en los tiempos de su niñez?
- Bueno, tenemos que remontarnos a los años cincuenta. Iba a la escuela que me quedaba unos cuatro km. aproximadamente. Nos juntábamos tres o cuatro chicas y el medio de transporte era el sulky. En la escuela aparte del estudio normal nos enseñaban distintos quehaceres que por aquellos años era muy común en cualquier casa, por ejemplo: jardinería, hacer quintas…. Y luego jugábamos a las muñecas con mis amigas, a la rosarina….

- Usted que siempre vivió en Cabal se casó con un hombre oriundo de Colonia La Blanca ¿cómo lo conoció?
- En la zona no había muchas posibilidades de progreso sin irse del campo. Yo buscaba algo mejor y me fui a Santa Fe a estudiar peluquería. Allí lo conocí. Estuvimos de novios tres años y luego nos casamos.

Oscar, el esposo de Marta, escuchaba en silencio por lo que decidimos incorporarlo a la conversación.

- Oscar, ¿cuál fue el motivo de su emigración de Colonia La Blanca?
- El estudio. La idea de hacer la escuela media y mi sueño de ingresar a la Universidad que, en definitiva, por problemas económicos, no pude lograrlo.

- ¿En que año llega a Cabal?
- Con Marta nos casamos en el año 1966 y a Cabal había llegado cuatro años antes, es decir, en 1962.

- ¿Qué diferencia nota entre el Cabal de aquellos años y el de hoy?
- En el Cabal de aquellos años en cada casa de campo había un tambo. Hoy hay una destrucción masiva, casi total de esta producción. Antes no se conocía la soja, hoy es el factor más importante del desplazamiento de la lechería.

Entre recuerdos, anécdotas e historias propias de la vida de campo, casi sin darnos cuenta nos sorprendió la tardecita. En el horizonte, los rayos más fuertes del sol pintaban la mejor puesta de sol nunca vista desde la ciudad. El espejo retrovisor del auto ya en la ruta pavimentada, marcaba el tiempo del retorno.

GALERIA DE FOTOS


Edificio de la comuna


Calle de entrada principal al pueblo. Avenida en construcción


Frente capilla Santa Rosa de Lima


Frente Club Social y Recreativo Peñarol

Antiguo edificio donde funcionaba un almacén de ramos generales que pertenecio a Dn. Roque Parisi y Sra.


Vista desde la plaza del casco de lo que fuera la estancia de Dn. Mariano Cabal


Ruinas de molino harinero


Edificio ex Estación Cabal del ferrocarril


Edificio donde funcionaba la cremeria

Cruz que recuerda el paso de los misioneros en tiempos fundacionales


APUNTES SOBRE SU FUNDACION

En cuanto a la fecha de fundación de Cabal, los historiadores todavía no se han puesto de acuerdo, pues no se ha encontrado registro de acta fundacional. Tampoco nosotros. Lo único que no se discute es la influencia de Dn. Mariano Cabal en el nacimiento de la colonia.

Libro “Análisis Integral de la Provincia de Santa Fe” (1986) adjudica a Dn. Mariano Cabal, gobernador de la provincia en el período 1868 /71, fundador de Cabal en el año 1890, un año después de haberse librado al servicio público la línea Santa Fe – Barranqueras del antiguo Ferrocarril Santa Fe, luego Ferrocarril Argentino y hasta su desaparición en los años noventa, Gral. Belgrano. Pero no precisa acta de fundación.

Por su parte, Dn. Marcelo Pastorelli, en su libro “Cabal…apuntes para su historia” (1995) -paginas 22 y 23- sostiene y con razón que en Cabal “no hubo un acto de fundación sino que hubo un origen de la Colonia.”
Esta reflexión se afirma en el pedido que los vecinos de Cabal elevaron al gobierno en 1892 solicitando la creación de la Comisión de Fomento. En el mismo se puede leer que para esa fecha ya había una importante población urbana e industrias establecidas, por lo que queda claro que el origen de la Colonia data de varios años antes.

En el mismo libro, se cita a la profesora Elena Ricci, autora de una investigación histórica de Cabal presentado en el donde propone como fecha de origen la creación de la Comuna, 1892 “que es lo primero documentado”. No obstante esto, el centenario ya se había festejado en 1970.

La pregunta es: ¿de dónde sale esta fecha (1870)? Según testimonios orales – dice Dn. Marcelo Pastorelli- que “por aquel entonces se le había encargado a la Sra. Irma Barré de Barré, docente de la escuela de Cabal, una investigación sobre este tema en base a documentación del Archivo Provincial, elevando un informe en el que proponía este año. Respecto a los datos obrantes en el archivo provincial ciertamente en la Guía Oficial del ferrocarril Santa Fe del año ’33 se indica a Cabal como pueblo fundado en 1870”, documentación que no he podido encontrar, concluye Pastorelli.

Mas allá de la placa de bronce enclavada en un monolito frente a la capilla Santa Rosa de Lima, recordando el centenario en 1970, 1870 podría ser una fecha de fundación correcta. Además, cuenta a su favor las colonias San Justo y Emilia que se adjudican como fundadas por Dn Mariano Cabal en 1868, y hasta ese entonces no hay documentación que acredite una colonia con el nombre “Cabal”.
Nota: agradecimiento a Belkis Parisi, vecina de Llambi Campbell, que ofició de guía.

miércoles, 5 de agosto de 2009

OROÑO. Dep. San Gerónimo

Esta es la historia de Oroño, un pueblo del interior de la provincia de Santa Fe pero que podría ser la historia de tantos pueblos a lo largo y ancho de nuestra patria. La provincia de Santa Fe está compuesta por 362 distritos entre pueblos y ciudades, y de éstas, un centenar está en riesgo de desaparecer por despoblamiento. Así lo muestra la comparación de los dos últimos censos de 1991 y 2001.

Pero en esta situación, no se tiene en cuenta a las pequeñas poblaciones rurales emplazadas en el interior de las colonias o campos que forman parte de algunos de los distritos mencionados y que tienen vida propia e independiente de aquellos. Si se tuvieran en cuenta estos micro urbanismos, serían más del doble las poblaciones y pueblos, de las reconocidas oficialmente, con esta problemática además de los ya desaparecidos totalmente.

Oroño, en el departamento San Gerónimo; Nevada, Pantanoso, Ovejitas, La Mora, La Rinconada, en el departamento San Justo; San Pedro, en el departamento La Capital;…y las poblaciones que han quedado reducidas al mínimo: La Blanca, Pedro Gómez Cello, Iriondo, ABC, La Teresita…éstas de los lugares que hemos visitado en estos dos años de programa “Historias de Pueblos Olvidados” y blog “Allá Lejos….Mi Pueblo”.-

En el presente posteado, (dos entradas seguidas) les presentamos a Oroño, “el dolor de ya no ser”. Un pueblo desaparecido donde ha quedado solo un(a) habitante. En esta primera parte, un pequeño video mostrando algo de lo que quedó perdido entre la maleza. Y en el segundo post, (abajo) la historia de Oroño y el homenaje a Doña beba, la última habitante. También un segundo video mostrando las ruinas de una casa clásica de fines del siglo XlX.

Nota:

Son los dos primeros videos propios que subo al blog, perdón por los errores. Estoy aprendiendo a editar.

La historia de Oroño sigue en el post siguiente.

“EL DOLOR DE YA NO SER”

Como se puede leer en el libro “Análisis integral de la Provincia de Santa Fe”, Oroño es uno de los únicos casos en la provincia que responden a la supresión de una comuna…. Tal vez el más representativo, ya que después de 70 años de vigencia, dejo de tener efecto en el pueblo, el presidente comunal.

Fundado en 1873 por el que fuera gobernador de la provincia durante el período 1865-68, Dn Nicasio Oroño, el pueblo tuvo su comuna a partir del 16 de septiembre de 1886, mientras que su distrito ocupaba 43 kilómetros cuadrados. Sin embargo, por decreto del 7 de mayo de 1957, se dispuso la cancelación del ejercicio de dicha comuna, por lo que el pueblo pasó a jurisdicción de Gessler, distante 6 kilómetros al Norte.

También conspiró desfavorablemente para su desarrollo, la clausura de su servicio ferroviario, operada pocos años después, el cual correspondía al ramal Empalme San Carlos – Gálvez, del FF. C.C. Belgrano. Por lo tanto, Oroño ha pasado a ser un pueblo aislado, distante 65 km. de la ciudad de Santa Fe.

En la actualidad se pueden observar solo ruinas de lo que fue un pueblo pujante y cargado de esperanzas. La estación ferroviaria que marcaba el ritmo y la vida del pueblo; el molino harinero que recuerda un tiempo de infinitos trigales; callecitas mudas aún visibles aunque perdidas entre la maleza y la vegetación crecida anárquicamente a causa del olvido

La escuelita José de San Martín en silencio y abandonada; la capilla de 3 mts... por 5 mts., cerrada por los tiempos. Y los campos donde ya no se ve el lento desfile de las vacas rumbo a los tambos, y donde los montes desaparecieron bajo la sierra del hombre haciendo llanuras por donde se marchó la gente.

Todo es destrucción, olvido, silencio, tristeza. Como decir que ha quedado solo un(a) habitante que pasa sus días junto a su gato, sus dos perritos, un loro, su jardín y la huerta.
Doña Beba Odetti, con sus jóvenes 81 años recrea para nosotros la historia de su “viejo” Oroño que seguramente se esfumará con su muerte.

NUESTRA CONVERSACION CON DOÑA BEBA

Ya había entrado la noche cuando llegamos a su casa. Con una lamparita a kerosene en su mano (no hay servicio de energía eléctrica) doña beba nos invitó a pasar. Una vez en el interior de la casa, con la ayuda de “tito”, un compañero de la radio y de viaje en esta oportunidad, doña beba encendió el “sol de noche.” (Quienes alguna vez vivió en el campo sabe de lo que hablo).

Doña beba encendiendo el "sol de noche" con la ayuda de tito

Doña beba en plena conversación


_ ¿Doña beba, a que edad llegó Usted a Oroño?
_Bueno…yo llegué a Oroño cuando tenía 11 ó 12 años, fue en 1941 pero desde antes y desde el campo ya venía a la escuela.
_ ¿y qué recuerda del pueblo de aquellos años?
_ Que había mucha gente. Muchas casas y también negocios: almacenes de ramos generales, boliches, salón de bailes, panadería y también una botica (farmacia). Lo único que faltó siempre fue doctor por lo que teníamos que ir hasta el otro pueblo. Pero un día la gente se empezó a ir, desarmaba su casa y se iba a otros lugares en busca de trabajo.
_ ¿Qué hacía Usted y los demás chicos en el pueblo?
_ Bueno…íbamos a la escuela cuyo edificio ya no existe…ayudaba en mi casa y a veces con mis hermanos nos escapábamos a la estación a ver pasar el tren y el coche motor.


Doña beba y tito Rey, dos generaciones vivientes del "viejo" Oroño

_ ¿Cuántos alumnos eran en esa escuelita que ya no existe?
_ Eramos 35 alumnos aproximadamente.
_ ¿Eran de familia numerosa?
_ Mi padre, mi madre y 6 hermanos. Todos vivimos aquí aunque algunos luego de casarse se mudaron a otros lugares. Ahora quedamos solo tres. En Oroño quedé yo sola.
_ ¿A qué se dedicaba su padre?
_ El molino harinero era la fuente de trabajo más importante del pueblo por aquellos años. Mi abuelo transportaba la cosecha de trigo hacia el molino. Luego se incendió y quedó cerrado un tiempo. Volvió a trabajar y otra vez se incendió y nunca más abrió sus puertas. Tampoco se supo que pasó verdaderamente.
Además, había sido decretado monumento histórico y no sé porque se dejo abandonar tanto. Ha quedado reducido a escombros.
_ ¿Cómo es vivir hoy en Oroño?
_ Aquí no ha quedado nada. Las compras las hacemos en Gessler o Larrechea (dos pueblos vecinos). Hay que dejar que pasen las horas….
_ ¿Qué le encuentra de lindo a este lugar?
_ De lindo nada. (Risas) Pero estoy tan acostumbrada a todo que no me doy cuenta. Hace 32 años que murió mi esposo y siempre me quedé aquí.
_ ¿Cómo es un día suyo?
_ Bueno…me levanto a las 7 y media y casi no me doy cuanta del paso del tiempo. A veces se me hace corto el día. Tengo mi jardín, la huerta, los pajaritos que atender, algunas gallinas….

Y doña beba sigue hablando y recordando frente al grabador que da vueltas y vueltas mientras le saco algunas fotos sin antes acomodarse un poco su cabello. De tanto silencio y falta de un oído que la escuche, no se dejó nada que pudiera contar.
_ Doña beba, ¿Pensó alguna vez en irse?
_ No. Nunca. Yo nací en el campo muy cerca y desde muy pequeña que vivo aquí. Estoy hecha un poquito de cada rinconcito de este pueblo, de este lugar, y me siento parte de cada ladrillo de esta casa….por eso no me puedo ir. Me sacarán cuando me muera.

Nos despedimos y doña beba nos invita a regresar, compromiso que asumimos con tito que mucho le costó volver y encontrarse con esa historia que lo formó. Vi la alegría reflejada en el rostro de doña beba como también la emoción del amigo que se reencontraba con una parte de su pasado inolvidable.


GALERÍA DE FOTOS

Herramientas rurales abandonadas en medio de la maleza




Frente de lo que fue la casa paterna de Dn. Silvestre Begnis


Chimenea del molino harinero


Mi amigo y compañero de la radio "tito" Rey posando junto a Camilo, Fátima y Josefina. Sus hijos.


Vista de abajo de la chimenea del molino harinero



Dos vistas del frente de lo que queda del molino harinero


Una vista de las ruinas del edificio de la estación ferroviaria


La cruz de Patiño, un linyera muerto por el tren. En homenaje y recordación, Tito la emplazó hace más de 30 años. Arrumbrada todavía se conserva. Ambas fotos son un documento.


El agujero negro entre la maleza era una de las tantas calles de la traza del pueblo


Caminando entre la maleza en busca de lo que quedó de Oroño


La escuelita abandonada. Muchos años sin el ruido de los niños de antaño



Dos vistas de la capilla cerrada.