Un mar de fueguitos...

"Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende."

Eduardo Galeano
( El mundo , de "El libro de los abrazos")

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martes, 20 de abril de 2010

SEMANA DEL ABORIGEN LATINOAMERICANO

En la semana del Aborigen Latinoamericano, nuestro homenaje al pueblo Mocoví de Colonia Dolores, provincia de Santa Fe.

C
olonia Dolores se sitúa al nordeste del Departamento San Justo a 160 Km. de la ciudad de Santa Fe. Se arriba a la misma a través de la RN11 recorriendo en dirección Norte la distancia mencionada hasta llegar al empalme con la RP39 y desde aquí 8 Km. dirección este. También se puede acceder por medio de la RP1 hasta llegar a la ciudad de San Javier y de ésta 40 km. hacia el oeste.

A partir de la creación de su comuna en 1994, (antes pertenecía al distrito San Martín Norte) Colonia Dolores se ha convertido en el primer Municipio Indígena Mocoví de la Provincia de Santa Fe. Tiene 610 habitantes (censo 2001) y de ellos el 95%, directa o indirectamente, pertenece a la comunidad mocoví.

Los mocovíes, al igual que los abipones y tobas, ramas indígenas pertenecientes a la gran familia denominada guaycurú, eran tribus nómadas cazadores - recolectores que habitaban la vasta región del Gran Chaco argentino. A principios de siglo XVIII, apremiados por el ejército conquistador, al mando del bravo cacique Notinirí, los mocovíes se introdujeron en las fronteras santafesinas donde los abipones ya habían instalado sus aduares.

En estas nuevas zonas que no eran sus terrenos originarios, limitó significativamente su libre movilidad y se vieron obligados a luchar para obtener lugares donde ubicar sus tolderías y recomenzar sus vidas que serán una constante lucha no solo contra el blanco sino también con otras tribus (charruas y calchaquíes) a los cuales desalojaron moviéndolos hacia el sur.

Hacia mediados del siglo XIX, la Argentina consolidaba su integración al mercado mundial como productor de bienes primarios. La necesidad de disponer de un mercado de trabajo que laborara la tierra se revelaba fundamental. La Constitución Nacional de 1853 estimulará el aporte inmigratorio ofreciendo garantías a “todos los hombres del mundo que quisieran habitar el suelo argentino”.

En la provincia de Santa Fe, las iniciativas colonizadoras se ponían en marcha y las garantías constitucionales se trasladaban al terreno militar.

Los enfrentamientos entre los indígenas y el ejército fueron cruentos. Unos que veían invadidos sus desde siempre sitios donde cazaban y vivían, y los otros que querían expandir sus zonas de influencia y conquista.

El historial de avances de fronteras de la provincia de Santa Fe es el testimonio más contundente de estos enfrentamientos y posterior desenlace.

A principios del siglo XIX, la frontera Norte de la provincia estaba apenas unas leguas del perímetro de la ciudad capital. Hacia 1864, Nicasio Oroño produce un corrimiento de esta frontera partiendo desde Sunchales, en el oeste, -en línea recta- hasta el fortín Cayastacito, y desde aquí hacia el nordeste hasta la antigua reducción San Javier.

En el año 1869, el Gobernador Cabal estableció una nueva línea de frontera al Norte desde Morteros, pasando por el Fortín Soledad, y en una línea quebrada hasta llegar a la margen este del Río Salado próximo a lo que hoy es la Laguna La Blanca en el distrito La Criolla, y desde este punto pasando por San Martín Norte, hasta un poco mas allá de la ciudad de San Javier.
En 1871, durante la gobernación de Simón de Iriondo, la frontera al Norte de la provincia se fija desde Tostado bordeando el Río Salado hasta el pueblo Alejandra. Y no tardará mucho tiempo en llegar hasta el paralelo 28.

Eran tiempos en que la libertad tenía precio para el indio: la muerte.

Los mocovíes también fueron grandes guerreros. Entre otros, los caciques Ariacaiquín primero y Mariano Salteño después, verdaderos estrategas militares, tuvieron en jaque al ejército por mucho tiempo.
Cuenta Cesar Coria, de la comunidad mocoví de Colonia Dolores, que el cacique Mariano tenía como táctica militar la sorpresa: aparecía, golpeaba y desaparecía nuevamente, movimiento hoy reconocido como “guerra de guerrillas”, práctica usada también por Martín Miguel de Guemes y sus gauchos en las luchas por la independencia.

Pero la supremacía del ejército fue más fuerte que la resistencia y la astucia de los originarios. Ariacaiquín lo entendió en 1741, aunque sublevado más tarde encontró su muerte. El bravo Mariano, 100 años después, demostró no solo su habilidad en el plano militar sino también ser un estadista. Al ver reducidas sus posibilidades de triunfo no dudó en negociar la vida de sus seguidores y de su pueblo. La reducción significó la rendición pero al mismo tiempo la salvación de su raza con vistas al futuro.

En este contexto, entre 1867 y 1870, los padres franciscanos Gerónimo Marchetti y Bernardo Arana, con el cacique Mariano Salteño y unas 60 familias, fundaron la misión de Nuestra Señora de los Dolores en terrenos denominados Cantón San Martín otrora Fortín Cayastá Viejo.

Inundaciones posteriores obligaron al gobierno trasladar el pueblo 4 Km. hacia el Norte denominándose en adelante San Martín Norte.
En el año 1887 –según informe del Departamento topográfico- el gobierno decide trazar nuevamente la reducción de Dolores, disponiendo la mensura y delineación del Pueblo Dolores. Así es como en 1890 son trasladados al nuevo lugar las escasas familias indígenas que aún quedaban en la antigua colonia.
Así nació lo que hoy se conoce como Colonia Dolores.


GALERIA DE IMÁGENES

Año nuevo mocoví. 30/08/2008


Encuentro en la ciudad de San Justo: conmemoración "ultimo día de libertad en américa" octubre 2008. En la foto, sentado Don Alfredo Salteño y Sra. integrantes del Concejo de Ancianos de la comunidad Mocoví de Colonia Dolores.



Encendido del fuego y saludo a los 4 vientos. Rito ancentral Mocoví


Frente edificio comuna de Colonia Dolores, primer municipio indígena mocovi de la provincia de Santa Fe.

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Fotos correspondientes al 30/08/2008 y abril de 2009 en el "Encuentro de Mujeres aborigenes de la República Argentina" realizado en Colonia Dolores.

1 comentario:

  1. Triste la historia de los autoctonos de nuestra tierra, aún hoy continún luchando por sus derechos, está muy bueno recordarlo. Besos tía Elsa.

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