Un mar de fueguitos...

"Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende."

Eduardo Galeano
( El mundo , de "El libro de los abrazos")

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miércoles, 29 de agosto de 2012

Colonia Dolores...

En este contexto, entre 1867 y 1870, los padres franciscanos Gerónimo Marchetti y Bernardo Arana, con el cacique Mariano Salteño y unas 60 familias, fundaron la misión de Nuestra Señora de los Dolores en terrenos denominados Cantón San Martín otrora Fortín Cayastá Viejo. (1)


Así es como en 1890 son trasladados al nuevo lugar las escasas familias indígenas que aún quedaban en la antigua colonia. (2)

Así nació lo que hoy se conoce como Colonia Dolores.

Mediados del siglo 19, tiempos de reducciones aborígenes… En este contexto, entre 1867 y 1870, los padres franciscanos Gerónimo Marchetti y Bernardo Arana, con el cacique Mariano Salteño y unas 60 familias, fundaron la misión de Nuestra Señora de los Dolores. Con muchas necesidades y ya despojados de sus tierras, a duras penas los indígenas sobrevivieron allí.

Hoy Colonia Dolores cuanta con un millar de habitantes siendo el 95 %, directa o indirectamente, descendiente de mocovíes. En 1984 se fundó la comuna convirtiéndose en el primer municipio indígena de la provincia de Santa Fe.

El santo patrono del pueblo es Santo Cristo, pero Santa Rosa de Lima forma parte muy importante de la comunidad, en cuanto a la historia legada de sus antepasados originarios.

Cuenta la historia (contada por los franciscanos) que entre los últimos 15 días del mes de agosto y los primeros de septiembre de cada año, los indígenas reducidos anunciaban, con ritos y todo tipo de ceremonias originales, el arribo de un nuevo tiempo anual que traía consigo la vida y la transformación de la naturaleza…

Los franciscanos que en un primer momento no entendían nada de lo que pasaba, tomaron una fecha religiosa cercana a estos días como para referenciar dicho anuncio: el 30 de agosto Santa Rosa de Lima. Hoy conocido como año nuevo mocoví.

Todos los años para esta fecha, los mocovies de Colonia Dolores, se convocan para festejar el año nuevo de la comunidad.

En la misma, se efectúan diversos actos: misa en la capilla Santo Cristo; peregrinación hasta el predio donde se realizan los distintos actos preparados por la comunidad: saludos a los 4 vientos; al sol; al agua, la tierra… finalizando con el recitado del himno mocovi.

Tierra: la base del sustento

Viento: es el que lleva la enseñanza a todas las nuevas generaciones.

Agua: desde allí se sacan los peces y se bebe el liquido elemento vital

Sol: la vida

Himno mocovi: letra de Cesar Coria y voz de Don Alfredo Salteño, chaman y “jefe” del Consejo de Ancianos de la comunidad.

Final con audio grabado en origen: recitado del Himno Mocovi.

lunes, 20 de agosto de 2012

Pueblo Oroño, el dolor de ya no ser

De acuerdo a documentación oficial encontrada, Oroño debe ser el único caso en la provincia de Santa Fe donde se suprimió su comuna. Se dice que el presidente renunció y nadie quiso afrontar tal situación de crisis. 

Tiempo atrás había dejado de funcionar definitivamente el molino harinero que era la fuente principal de trabajo en la zona. Poco después fue el ferrocarril que dejó de funcionar… para ese tiempo ya los habitantes habían comenzado el éxodo en busca de nuevos horizontes.

La gente desarmaba sus casas y se iba con los componentes a cuestas (ladrillos, chapas, aberturas…) para construir sus viviendas donde encontraran mejores condiciones de vida. La historia de la humanidad nos enseña que la gente siempre se ha asentado en lugares donde el trabajo y las buenas condiciones de vida son posible, lo que en otro aspecto, se puede decir que los pueblos no se fundan con la presencia de un acta fundacional sino por agregación poblacional. Oroño, es una clara muestra de lo expresado.

Oroño era un distrito de más de 2.000 habitantes y hoy solo queda, en el marco de lo que fue el casco urbano, solo un habitante: doña Beba Odetti que con sus jóvenes 85 años sigue resistiendo al olvido. Así nos manifestó cuando la visitamos en su casita perdida en medio de la gran naturaleza.

Oroño, departamento San Jerónimo, a  60 Km. de Santa Fe, dirección Oeste.
Por ruta 11 hasta Coronda y desde allí tomar rumbo oeste por ruta 64 hasta el empalme con la ruta 6 que nos lleva a Gessler (en ese encuentro de las rutas 64 y 6 esta lo que alguna vez fue un pueblo: conocido con el nombre de Oroño.

Fundado por don Nicasio Oroño en los años de su gestión como gobernador de la provincia en 1865/68
Allí también están los restos de mampostería y rejas de hierro que pertenecieron a la casa paterna de quien fuera gobernador de la provincia: Carlos Silvestre Begnis.